Sistema Político: Alemania y Italia en perspectiva comparada.
El sistema de partidos en Alemania es más una
consecuencia por la derrota en la II Guerra Mundial, tras consigo un sutil
vestigio a manera de acción y de pensar de los envueltos. Dónde por un lado están los actores
conducentes del cambio y por otro, políticos, parte de la sociedad civil y
económica –la burguesía y grandes empresas, por ejemplo- que son desacreditados
por la mayoría de la población por tener en el pasado ligaciones con nazismo. El
caso italiano los partidos políticos tienen gran protagonismo en la esfera
política. Aún hay partidos con un carácter fascista.
Los
partidos políticos son los grandes protagonistas de la democracia italiana. Lo
más importante de la transformación entre el viejo y el nuevo sistema, tras el
fin de la II Guerra Mundial, fue el dinámico crecimiento de los partidos
políticos. El empoderamiento de los partidos políticos italianos no fue siempre el mismo,
antes tuve características muy diferentes. Después del fin de la II Guerra
hasta 1992 ellos eran muy fragmentados, consecuencia de la proporcionalidad
del sistema político estremecido por la derrota de la guerra. Al pasar los años, la “amenaza” comunista no
era más vista como antiguamente, eso dio condiciones políticas y sociales para
una mayor participación de los ciudadanos y consecuentemente, el cambio de sistema electoral. Así, desaparecerán muchos partidos políticos y criase nuevas
colisiones y formaciones políticas.
Alemania posee una gran variación de partidos
políticos, son estimados cerca de 72 partidos actualmente. En la actualidad,
los partidos representados en el Bundestag
son la Unión Demócrata Cristiana (CDU, por sus siglas en alemán), la Unión
Social Cristiana (CSU), el Partido Social Demócrata (SPD), la Alianza 90 / Los
Verdes (o simplemente Partido Verde) y La Izquierda. Los más son partidos
pequeños, generalmente regionales. Una característica especial de la política alemana
es que los ciudadanos pueden unirse y formar una placa sólo a una elección sin
la necesidad de crear un partido. Este tipo de iniciativa popular muestra a
veces con éxito, sobre todo en las elecciones municipales de los pueblos
pequeños. La Unión Demócrata Cristiana (CDU) fue fundada en 1945, posee la
tendencia conservadora del partido, se considera "centro popular" en
referencia a "la concepción cristiana del ser humano y su responsabilidad
ante Dios". Gobiernos CDU predominaron en la política alemana de la
posguerra – inclusive es el partido de Angela
Merkel, actual chanceler alemán.
El sistema electoral italiano favorece a las
mayorías, por lo que los partidos políticos forman grandes coaliciones para
presentarse a las elecciones. Actualmente existen dos, L'Unione, de
centro-izquierda y la Casa de las Libertades, de centro-derecha. Los mayores
partidos de L'Unione son Demócratas de Izquierda, La Margarita, Refundación
Comunista, Comunistas Italianos y Socialistas Democráticos Italianos. Por su
parte, la Casa de las Libertades está formada principalmente por Forza Italia,
Alianza Nacional, Liga Norte y el Partido Republicano Italiano. En Italia hay
un pluralismo polarizado, debido sus características fundamentales de partido
durante la posguerra, el excesivo dominio de las dirigencias partidistas (partitocrazia), el clientelismo y las
desigualdades regionales. La partitocrazia
es el régimen lo cual el poder recae sobre las burocracias partidistas y no
propiamente en las instituciones políticas que señala la Constitución de 1948.
De esta forma, la voluntad de los dirigentes toma el lugar del parecer
ciudadano en la hora de elegir a los gobernantes.
Tanto italianos como alemanes, después de la
II Guerra Mundial, tuvieron que se reinventar delante de una situación
desastrosa que esa guerra los dejo.
Ambos también tienen una fuerte presencia en la participación política
electoral. Pero, las condiciones económicas que sus países ofrecen los
distinguen en las cuestiones políticas. Sin embargo, Alemania es la potencia
económica de la Unión Europea y Italia está en una gran crisis interna y
externa, eso los distancia ya que des que Italia ha demostrado frágil
económicamente, ella perdió fuerza en los índices democráticos, como por
ejemplo, la consagración de las funciones gubernamentales y participación, al
contrario de Alemania, que cuanto más crece económicamente, más consolida su
democracia y participación popular.
ii)
Influencias
externas en la Política
Alemania sufre, como también Italia, de
presión en sus partidos políticos y modulación política a través de sindicatos y organización
empresarial. Los grupos de presión agrícola en Alemania son un ejemplo de
actores que conducen la política delante de sus ámbitos. Siguiendo el mismo
raciocino está Italia, pero con más “dominación” por parte de eses grupos. En
Italia predomina una práctica llamada clientelismo, que es una forma
instrumental del vínculo élite y masas, aunque no necesariamente basado en los
principios liberales democráticos. El uso de los recursos del Estado queda a
mercê para desarrollar un relativo apoyo personal y electoral de largo plazo.
Actúa en contra del desarrollo de los partidos que se basan en una
ideología o en una corriente de opinión. En Italia surgió desde el periodo
liberal pero adquirió fuerza, como una característica dominante del sistema
político, a finales de la Primera Guerra Mundial.
En ambos países un grupo de presión que no
podemos olvidar es la fuerza política de la religión, católica para Italia y en
mayor parte protestante en Alemania. La relación de parentela de la iglesia
católica con Ministerio de Educación muestra claramente tal influencia. En
Alemania no ocurre esa parentela, pero el carácter religioso, inclusive en los
discursos políticos, está presente. La iglesia, las multinacionales y en caso
italiano - a mafia- son los principales grupos de presión de eses países. Un
ejemplo de clientelismo en Italia es el caso de la Fiat, dónde su fuerza
política es mayor que de los propios gobernantes, controla a actividad del
ministerio por falta de cualificación de terceros y por su gran influencia en
la economía italiana.
iii)
Alemania
con su muro interno e Italia con sus regiones confrontantes.
En el caso alemán, la cultura de obediencia, orden y esfuerzo
están presentes en la vida política de toda nación. Aún en días de hoy, Alemania traiga consigo
vestigios de tener sido dividida en el pasado. Su “muro interior” marca una
Alemania que se difiere en ideologías, políticas, socialmente y económicamente
también, es como un muro en las mentes de la población, que mismo no existiendo
más en realidad, aún separa alemanes. Alemania por suya vez también posee una
diversidad religiosa, dónde agrega católicos, protestantes,
luteranos, musulmanes y judíos. La mayoría es protestante, pero en Baviera y
Rin, regiones de gran participación política, son mayoristamente católicos.
Italia tiene una fuerte barrera entre sus
regiones de norte y sur, más intensas que las mentales de los alemanes, ya que
ella se concretiza en la economía y destinaciones políticas. Es como dos “Italias”
en una. La expansión industrial se ha generado principalmente en las regiones
de Italia del norte, donde la iniciativa privada ha encontrado condiciones
favorables para su desarrollo. En el sur, junto con pequeñas empresas privadas,
ha agilizado la actividad económica mediante de la explotación de los recursos
naturales de la zona. Esa división entre país industrial en norte y proveedor
de productos primarios en el sur, ha generado un inmenso sentimiento de
regionalismo que ha traído consigo problemas políticos y sociales al país. Sin
embargo, Italia no solamente se encuentra dividida por las actividades
económicas, la política también ha jugado un papel fundamental en las
diferentes regiones del país. Ambos ramificaron el país en lo posguerra con dos
subculturas tradicionales que fueron principales fuentes de poder: los
"blancos" católicos y los "rojos" comunistas.
Alemania
y Italia no son solamente ex compañeras de guerra, también enfrentan sus consecuencias
hasta hoy. Cada país con su particularidad, con su desenvolvimiento y política,
más con vestigios de un pasado totalitario que aún genera
inseguridad – mismo que psicológica- en su sociedad. Italia enfrenta obstáculos
como el clientelismo, la mafia y su intenso conflicto regional, pero mostrase que mismo en crisis su población permanece activa politicamente. Es un país que preserva su
pasado de lucha trabajadora, aquel que influencio muchas revoluciones en el
mundo, inclusive en Brasil. Sin embargo, la lucha alemán se muestra a punto de
apagar de vez un pasado que dividió su población, ya que la economía está muy
bien y no sufre tanto con la corrupción, clientelismo o mafia, como los más
países.
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